Pichón de dictador como era, Hugo Chávez se quedó admirado mientras entendía a su maestro explicarle de qué iba aquello de ‘la batalla contra el Imperio’. Se trata de ‘hacer a la revolución irreversible; llevarla al punto de no retorno, mientras atribuyes al enemigo la culpa por radicalizarte’1. ¡Genial, todo un arte! y puso manos a la obra con el aura de Zeus Olímpico, como sentado en la misma nube del zeus eterno; para nosotros: la negra nube de los Dictadores.

 ¿Qué tiene que suceder en una nación para privar a sus hijos de la capacidad de decidir sobre sus destinos? De eso va este artículo, pensado sobre todo para esos que andan por ahí, para pichones de dictadores, quienes admiran en vivo a todo color a ese facineroso de fidel castro. Ya debes haberlos oído como se radicalizan -como buenos discípulos de psicópata- y te lanzan retos como: ‘fidel sí era un cojo…ú, y para hablar mal de él tienes que hacer lo que él hizo, alzarte en la Sierra y hacer una revolución’. ¿Podría llegar a ser este artículo como una prueba para ti mismo? Si te pasara que encontraras en ti asomo de aprobación, de algún valor encomiable en aquella personalidad, aspiraría a que notaras que algo no anda bien; que padeces del mismo mal; de ese virus que carcome nuestra integridad: la siniestra arrogancia.
   Todo comienza con el objetivo de alcanzar la unidad alrededor de un ideal. Esa era la idea de aquellos italianos que escogieron al Fascio –significa ‘haz’ en latín- como representación de su ideología. Este objeto simbólico, ideado en el período de la Roma de los Emperadores, estaba conformado por un conjunto de 30 varas que generalmente eran de abedul u olmo -significando la unidad de cada curia (subdivisiones) de la Antigua Roma- que se ataban de manera ritual con una cinta de cuero rojo, formando así un cilindro que sujetaba a un hacha. Este objeto lo hacían portar a los ‘lictores’ -que eran como los policías de la época- durante sus labores de acompañar y disponer el camino a los funcionarios y magistrados reclamando reverencia hacia ellos, y haciendo cumplir sus dictámenes. Fue Benito Mussolini quien llevó la ideología del fascio a su estado más elevado, implementando su odioso ‘fachísmo’-propiamente dicho en italiano. Él mismo lo describía de la siguiente manera: “El Fascismo es una gran movilización de fuerzas materiales y morales. ¿Qué se propone? […] gobernar la nación. ¿De qué modo? del modo necesario para asegurar la grandeza moral y material del pueblo italiano. Hablemos francamente: no importa el modo concretamente, no es antitético, sino más bien convergente [apuntando al mismo lugar] con el programa socialista […]”2
   Conozcamos al ‘fascismo clásico’. Nuestras mentes muchas veces asocian fascismo con anti-judaísmo, racismo, campos de concentración, y la guerra de exterminio; cuando en realidad esos son elementos que se incorporaron para el año 1925 a través de la corriente nazi (nacional-socialismo) alemán. El ideal fascista está presente en Italia desde finales de los 1800, y como Partido nace en 1915. La documentada enciclopedia online Wikipedia, nos acerca a los preceptos del fascismo apuntando: “[…] se caracteriza por eliminar el disenso: el funcionamiento social se sustenta en una rígida disciplina y un apego total a las cadenas de mando, y en llevar adelante un fuerte aparato militar, cuyo espíritu militarista trascienda a la sociedad en su conjunto, junto a una educación en los valores guerreristas y un nacionalismo fuertemente identitario con componentes victimistas, que conduce a la violencia contra los que se definen como enemigos. Los fascistas creen que la democracia liberal es obsoleta […] y consideran que la movilización completa de la sociedad en un Estado de partido único totalitario es necesaria para preparar a una nación para un conflicto armado y para responder eficazmente a las dificultades económicas. Tal Estado es liderado por un líder fuerte—como un dictador y un gobierno marcial compuesto por los miembros del partido fascista gobernante—para forjar la unidad nacional y mantener una sociedad estable y ordenada”. Ahí apunta el fascismo original, del que Mussolini proclamaba: “El pueblo es el cuerpo del Estado, y el Estado es el espíritu del pueblo. En la doctrina fascista, el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo.” (18 de marzo de 1934); “Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado” (26 de mayo de 1927). Por tanto, desearía transmitir esta conclusión clara a través de este artículo: dejemos de entender al fascismo como lo relacionado al holocausto y el conflicto entre las razas. El fascismo es más sutil que eso en sus formas de presentar el totalitarismo. Los movimientos políticos que contengan estas características mencionadas arriba son fascistas, aunque no les hagan la guerra a los judíos ni planteen el enaltecimiento de alguna raza sobre otra.
   La experiencia o práctica con esta ideología, como es consabido ha sido atroz. Por eso está desterrada del campo ideológico, pero ¿podría ser igualado el comunismo al fascismo? Comencemos por apuntar que las expresiones totalitarias del fascismo clásico que hemos examinado, son la copia al calco del estado de terror y totalitario que los comunistas implementan. En lo que hemos visto en Cuba, el socialismo de los castro cumple con
. la eliminación del disenso pues el funcionamiento social se sustenta en la rígida disciplina y un apego total a las cadenas de mando, llevando adelante un fuerte aparato militar, cuyo espíritu militarista trasciende a la sociedad en su conjunto, junto a una educación en valores guerreristas y un nacionalismo fuertemente identitario con componentes victimistas, que conduce a la violencia contra los que se definen como enemigos.
. la creencia de que la democracia liberal es obsoleta, considerando que la movilización completa de la sociedad en un Estado de partido único totalitario es necesaria para preparar a una nación para un conflicto armado y para responder eficazmente a las dificultades económicas.
. liderar al Estado con un líder fuerte como un dictador, apoyado en una junta marcial, compuesta por miembros del partido gobernante, tras el argumento de forjar la unidad nacional y mantener una sociedad estable y ordenada.

   Esos estándares se repiten por todo el mundo en la práctica con esta ideología, solo que adornados con ‘valores humanistas’ que el Manifiesto Comunista imprime en un papel. No obstante, describir el comunismo como el hermano menor del fascismo nos lleva a una perorata académica… pero todo lo que se pueda decir para separarlos en puntos divergentes, como por ejemplo: el valor a la propiedad privada y la persecución a los sindicatos obreros, es perfectamente demostrable que en los países socialistas de hoy se hostiga al trabajador disconforme y se acumula riqueza por un sector privilegiado de la sociedad. En mi opinión lo que hace más parecidas a estas dos doctrinas políticas son dos puntos: el primero es que el fascismo y el comunismo son ideologías pensadas para las condiciones excepcionales de la guerra. En ellas se ‘apunta’ hacia un enemigo, y el estado (los funcionarios y militares) reafirman que tienen que tomar el control para ponerse en función de salvar a la nación y vencer al tal enemigo (el cual si no existiera, se lo inventan)’. Por eso estas sociedades –supuestamente- ‘bajo asedio’, se han caracterizado por una fuerte oposición al ejercicio democrático. El ejercicio de la democracia se resume en que: el pueblo está sobre el gobierno y decide sobre su gobierno. En una democracia eso es tan vital que los fundadores de la Unión Americana, en la Constitución de USA concedieron perpetuamente a los ciudadanos el derecho de portar armas para asegurar que nunca el gobierno intente aprovecharse de su poder para tiranizar sobre el pueblo sometiéndoles como dictadura. Es notable que las ideologías ‘fascista-comunistas’ son iguales en su carácter antidemocrático y en su disposición belicista.
   El segundo punto en que estas dos ideologías son idénticas es en su Consumación Genocida. Por ejemplo: notemos que el Parlamento Europeo en su sesión de Septiembre 18 del 2019, basado en la experiencia argumental de las poblaciones de Estados miembros –las antiguas exrepúblicas soviéticas- condenó la criminalidad del comunismo igualandola a la del fascismo3. Y ahora mismo, veamos que ese desgobierno en Cuba, niega la entrada de vacunas gratis contra la mortal epidemia del COVID regaladas por la Organización Mundial de la Salud4. ¿No es eso ser genocidas, un gobierno dictador y genocida? No hay argumento que pueda desmentir eso. Pero la lista continúa: no dejan entrar ayudas; llevan a la población a estados de calamitud, para poder disponer de ellos en sus guerras y campañas políticas internas y alrededor del mundo; etc etc. Sus razones para actuar así siempre son una retahíla de manipulaciones, la choricera del ‘nadie es más bueno que yo’; pero en realidad son como las razones que siempre encuentra el criminal para aniquilar la vida que le moleste. Es criminal lo que hace el desgobierno genocida de Cuba; ellos, los mismos criminales que fueron capaces alguna vez de apuntar armas nucleares a cientos de millones de gentes inocentes, a punto de provocar una catastrófica guerra mundial.
    Para ser un dictador hay que nacer un dictador. Veamos: se dice de Adolf Hitler que “poseía un carisma y capacidad de oratoria, pero también una ambición excepcional. Alguien que -con una falta de escrúpulos absoluta- estaba dispuesto a sacrificar lo que fuera o considerara necesario en aras de sus objetivos”5. ¿En quién sabemos que se repiten estas cualidades?. Por supuesto no todos los que nacen dictadores llegan a ‘manifestarse’, pero estos hombres y mujeres son conscientes –al menos, a partir de algún momento son conscientes- del magnetismo que poseen. Obsesivos en los que creen, llevarán sus propósitos adelante a cualquier precio calificándose a sí mismos a manera de chamanes guías, especie de mentalistas, y aún como superdotados y salvadores sin los cuales -el resto de mortales simples- no sabríamos a donde ir. Muy difícilmente el dictador aceptará que se ha equivocado, y culpará a la mala ejecución de los otros cuando no les queda de otra que reconocer su error; y con la mayor tranquilidad pasan de largo sin intentar resarcir los daños –no importa a cuantos se hayan llevado por delante6. La dinámica de todos los que han llegado a ser dictadores tiene por base a la arrogancia. Se basan en su capacidad para incorporar en las multitudes la infalibilidad en la victoria. Por ejemplo: la estrategia favorita, el arma final de fcastro resultaba ser la de la Soberanía de Cuba… y ya sabes, remembrando hasta el último indio taíno que se rebeló, reclamaba lealtad a su ideal. ‘Todo por mantener la soberanía’; cuantos muertos, encarcelados, exiliados bajo el argumento de que mancillaron nuestra bandera; y la burla de los comunistas llegaría en el año 2007, cuando el excanciller Felipe Pérez Roque declarara en la ONU que ‘Cuba estaba dispuesta a ceder su soberanía y su bandera a un bloque de naciones latinoamericanas lideradas por Venezuela’7 . Lo de la Soberanía es un negocio más para ellos.
   Lo que es repulsivo para nosotros, no resulta tal para el dictador. Ellos se acercan a la obra de otros dictadores con una curiosidad diferente: la curiosidad de la dominación. Uno puede apreciar como el trabajo propagandístico que siguió al triunfo de 1959 fue creciendo acertadamente, así como todo el trabajo de penetración y dominación social. Los maestros en eso fueron los fascistas ¿será que fcastro lo había estudiado todo allí?. El Fidel adolescente tuvo un profesor y mentor jesuita, el cura Armando Llorente. Este aseguró que muy temprano fcastro fue cautivado por la ideología fascistas, en particular por la figura de José Antonio Primo de Rivera, líder de la Falange (fascista) Española. Este clérigo aseguró que él y Fidel “cantaron Cara al sol (el himno de la Falange) veinte mil veces y con el brazo en alto”. También el periodista Carlos Franqui, director desde la Sierra Maestra del periódico clandestino Revolución y de la estación Radio Rebelde, aseguraría que fcastro tenía en su comandancia de la Sierra Maestra, ensayos y discursos de José Antonio Primo de Rivera. Otro amigo íntimo, Jose Ignacio Rasco, su colega desde los estudios en Belén y luego en la Universidad de La Habana, respaldó que Fidel al llegar a la Escuela de Derecho recitaba fragmentos de la autobiografía8 de Adolf Hitler, y de discursos de Mussolini y Primo de Rivera9. No obstante, lo que tenemos en concreto son dos frases clásicas de fcastro que el lector avezado notaría que la autoría real pertenece a los espectros fascistas Benito Mussolini, y Adolf Hitler. La frase registrada por fcastro para dar título a su manifiesto: “la historia me absolverá”, es versión de otro enunciado reconocido de Hitler en su autobiografía, donde dijo: “Ese juicio pertenece al tribunal eterno de la historia[…] Son libres de declararnos culpables[…] porque ella nos absuelve[…]”10. La otra frase trascendental de fcastro, la advertencia a los intelectuales de que «dentro de la revolución todo, y contra la revolución, nada», es copia de Mussolini, quien dijo «Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado». Otro genio dictador, el ruso Lenin, dijo de Mussolini «En Italia solo había un socialista capaz de guiar al pueblo hacia la revolución, Benito Mussolini»11. Así que parece que ellos se pasan la admiración maquiavélica –más solapada o más confesamente- de unos a otros. Por tanto, mi otra conclusión clara a través de este artículo es que fidel castro fue, es y será fascista; y la llamada Revolución tiene carácter fascista.
   Ahora bien ¿qué yo diría de los que apoyan al fascismo que hay en Cuba? Espero hasta aquí haber retado a muchos a sopesar este tema, y no pretendo que ahora mismo todos concuerden conmigo; sin embargo la que sigue es la reflexión más desafiante. La comenzaré diciendo que los estados fascistas tuvieron soluciones para sus pueblos. La Alemania de Hitler como la Unión Soviética de Stalin, eran naciones que venían de sendas guerras mundiales en condición de potencias derrotadas. A tortura y crimen estos regímenes lograron poner orden y encaminar a sociedades amedrentadas. Pero un modelo que se sustenta ‘a patá y piñazo’, es insostenible. El miedo a la libertad que estos regímenes forjan, paralizan el estímulo a las individualidades y a las estructuras democráticas que generan un ambiente de confianza y creatividad. ¿Te imaginas que hoy por hoy te toque presenciar a alemanes intelectuales, decentes, decir que Hitler fue bueno con el pueblo alemán? Eso yo lo viví personalmente, ‘a estas alturas del campeonato’ y con tantos argumentos en contra. Mi explicación interior fue que quizás esto es debido a un proceso psicosocial, de perdonarse y entenderse a sí mismos como nación ¿quién sabe qué pasa ahí?; pero en las estadísticas vemos que Hitler sacó a Alemania del foso y la ruina en que la metieran los grandes errores de la República de Weimar; recuperó su poderosa infraestructura industrial arrasada como consecuencia de las abusivas condiciones del tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial; que rearmó sus ejércitos y los convirtió en la más poderosa y avasallante fuerza armada en la historia de Occidente y prácticamente la dueña de Europa desde el Atlántico a Los Urales, y a punto de adueñarse de la Unión Soviética con sus Repúblicas. Sus enemigos tuvieron que unir todas sus fuerzas para enfrentarlo y poder vencerlo. Su pueblo lo amó hasta el último día de la contienda; pero ¿que aún suceda así hoy día y tras el recuento de tanta perversidad? está duro eso de creer. Diríamos en buen cubano que ‘lo que construyó con sus manos, lo destruyó con sus pies’. Pero el origen de este mal no está del todo en el Dictador, sino en especial en el pueblo. Estos hombres echan abajo los límites éticos de pueblos sin amor de Dios. Los pueblos son muy responsables de los Dictadores que los oprimen.
   Un jerarca nazi dijo: «Si el pueblo tiene confianza, […] la gente obedecerá ciegamente y ciegamente lo seguirán. [Hitler] siempre tiene la razón; cada uno y hasta el último ciudadano debe decirlo. […] Sí, Uds. que nos llamaban sin dios, hemos encontrado nuestra fe en Adolf Hitler y a través de él hemos encontrado a Dios una vez más, esa es la grandeza de nuestro día; y esa es nuestra buena fortuna” 12. Romántico ¿no? …y repugnante, como los que tenemos entre nosotros que aún apoyan al fascismo que nos esclaviza.
    ¡Patria y Vida!

 

 

 Refrencias

1. https://www.abc.com.py/edicion-impresa/internacionales/chavez-busca-llevar-su-concepto-socialista-a-punto-de-no-retorno-10263.html
2. Diario della Volontà. Benito Mussolini. 19 de agosto de 1921.
3. https://elconfidencialdigital.opennemas.com/media/elconfidencialdigital/files/2019/10/05/RC-9-2019-0097_ES.pdf
4. https://news.un.org/es/story/2021/03/1488952
5. Richard Weikart (2004). The Roots of Hitler’s Evil
6. Para profundizar, ver mi artículo ‘Comunismo es traición’ en el número anterior de esta Revista.
7. https://www.abc.es/opinion/abci-cuba-y-venezuela-pueblos-libres-y-amigos-200711240300-1641411340302_noticia.html
8. Mein Kampf (Mi Lucha)
9. https://diariodecuba.com/cuba/1407443094_9861.html
10. https://es.wikipedia.org/wiki/La_historia_me_absolver%C3%A1
11. Palabras en el Kremlin, a Nicola Bombacci y Antonio Gramsci, fundadores del Partido Comunista Italiano.
12. citado en Hitler. Fuhrer as Lord. Robert Ley. https://es.wikipedia.org/wiki/Nazismo#:~:text=El%20nacionalsocialismo%20(en%20alem%C3%A1n%2C%20Nationalsozialismus,dictadura%2C%20el%20autoproclamado%20Tercer%20Reich.
Vea además: https://www.youtube.com/watch?v=O4RwV4blOZ4&t=3305s

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