En una famosa saga de películas de vampiros, durante una pelea entre los vampiros buenos y los vampiros que controlan el gobierno vampírico, uno de los buenos, mira a su alrededor y ve como se están matando despiadadamente entre ellos.
Da un golpe y parte la tierra en dos.
Empiezan a caer por el agujero y mueren muchos, caen al vacío.
Cuba 2022.
Quién partió la tierra?
Verán el futuro los poderosos y se darán cuenta de que al final de todo, también acabarán muertos?
Arde Cuba, se derrumba, explota, mueren durante la siesta los diabéticos, porque una ambulancia no es importante.
Qué vales tú cubano enfermo? Qué vales tú, si lo urgente es disolver a esos que gritan en una esquina algo que no suena a consigna castrista?
Los vampiros poderosos huirán, verán su destrucción a través de un brujo y algún lugar del
mundo los acogerá con sus cuentas bancarias infinitas.
Los torturadores se camuflarán entre los heridos y con suerte, el resto de vampiros alimentados con soya y plátano hervido, podrá resurgir y reconstruir la tierra rota.
Nosotros, los vampiros voladores, algunos volveremos, pero lo importante, es que todos podremos elegir volver.
Cuba parece una película cara hollywoodiense, miras las nubes y no, no son efectos especiales. Es veneno.
Y donde está Tarará para acoger a los dañados? Tarará está en el abismo. Como toda la isla. La isla de la moneda nacional, la otra isla, la de los mojitos, esa está intacta.
No existe cura para los cubanos, nuestra misión es gritar y volver a gritar para no morirnos de dolor.
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